30 de agosto de 2009

¿Quién explicará la explicación? II



Intentar pensar el mundo con nuevas categorías implica un desafío importante, puesto que la mente debe inventar dichas categorías y remover otras que han sido grabadas con fuego en nosotros. Además, lo estados mentales ofrecen gran resistencia al cambio y tienden a su autopreservación. Veamos lo anterior con un ejemplo:

Hemos sido enseñados a pensar en que que toda causa tiene un efecto y que esta asociación es siempre en ese orden, es decir, primero está la causa y luego el efecto. Pero qué pasa en una situación como la siguiente, que se ha vuelto como el ejemplo prototípico para cuestionar la causalidad lineal:

Un matrimonio acude al psicólogo y la mujer empieza contando que su problema es que ella siempre llora porque su marido “toma” (alcohol) y que eso la tiene triste. El marido, por su parte, refiere que su problema es que su mujer llora todo el día y por eso él “toma”. Gráficamente esta situación estaría representada por un esquema como el de la imagen.

¿Cuál es la causa y cuál es el efecto?

Situaciones como estas sólo pueden ser entendidas a través de nuevos modelos o ideas que permiten comprender fenómenos complejos o recursivos como la causalidad circular o la cibernética. Estas nuevas formas de pensar ya suponen un cambio y una nueva mirada de los fenómenos.





18 de agosto de 2009

Herramientas Tecnológicas para la Gestión del Conocimiento

¿Cómo gestionar el conocimiento?
Las mejores herramientas están en la red (y son gratis). Aquí va una pequeña presentación para cada una:

1_Google Docs (http://www.google.com/google-d-s/intl/es/tour1.html)




2_Podcast (por ejemplo: http://www.bbc.co.uk/podcasts/series/mh/)




3_Wikis (por ejemplo: http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada)




4_Google Reader (http://www.google.com/intl/es/googlereader/tour.html)

12 de agosto de 2009

Las Emociones en los Procesos de Toma de Decisiones VII: Reflexiones Finales



Parece existir un consenso cada vez mayor en otorgarle a las emociones un papel crucial en los procesos de toma de decisiones y razonamiento (TDR). Las investigaciones realizadas por Damasio (especialmente en el contexto de su hipótesis del marcador somático) y los trabajos con pacientes con lesiones cerebrales en regiones asociadas a las emociones, son una evidencia importante de la estrecha relación existente entre emoción y razón.

En general, se suele coincidir en que frente a cualquier situación que suponga decidir entre 2 o más opciones, lo primero que ocurre es el surgimiento de un proceso emocional, automático y determinante. Este proceso emocional viene de la mano con la inducción de un patrón cognitivo particular, provisto de sesgos atencionales, memorísticos e interpretativos. A través de esta conexión y la información propioceptiva que recibimos en la región somatosensorial derecha, nuestro cuerpo nos otorga un reporte actualizado y preciso de su situación (marcador somático). Todos estos cambios contribuyen a que podamos tomar decisiones ventajosas mucho más de lo que el azar podría implicar. Al resaltar las opciones deseables o desincentivando aquellas menos susceptibles de éxito, nuestro cuerpo limita el campo de elección, aumentando así las posibilidades de escoger acertadamente.

Es probablemente en las cortezas prefrontales donde se lleva a cabo la mayor parte de nuestros procesos de TDR, y es por ello que aquí mismo se pierde la diferenciación entre lo racional y lo emocional. Los enormes esfuerzos investigativos de Damasio y otros autores respecto a este sector reducido de los lóbulos frontales, ponen en evidencia que ni siquiera neuroanatómicamente existe una división clara entre la emoción y la razón.

En el proceso de categorización de nuestras experiencias, donde las cortezas prefrontales sostienen una compleja combinación de información de estados somáticos (presentes y pasados), de experiencias almacenadas, de los acontecimientos actuales, etc; es donde podríamos decir que la emoción y los procesos de TDR se cruzan funcionalmente. Estas experiencias categorizadas son básicas cuando se quiere anticipar el futuro o planificar y decidir ventajosamente, en un contexto de relevancia personal y de adaptación. Finalmente, en cada decisión que tomamos, hay un marco referencial somático/ emocional, que nos ayuda a optimizar nuestras decisiones y razonamientos.